Gracias. Eso se dice, pero de corazón. Eso dice, la dirección de Sucre, cuando recibe con asombro a 400 personas para celebrar otro momento especial, en un día no festivo, para brindar por ocho años.  

Hay que decir gracias. A los 400 amigos. Pero sin cortesías. Fue un gran encuentro.

La Terraza de verano de Sucre, como alguien dijo en la noche de su reestreno, es La Explanada al Mar desde Petrer.

Faltan detalles por concretar, pero ya se pudo divisar el artesano trabajo de Aníbal, Nieves, Merce y Julián, del Centro Ocupacional de Crevillente, como de Hierros Abellán o Installed, de Petrer.

No faltó, no. El trabajo del inmenso equipo profesional de Sucre, con una tremenda cocina, un paciente grupo de barra y una líder encantadora: Ana.

Tampoco faltó. Qué apoyo moral de la alcaldesa, del equipo de gobierno, de la corporación. 

¿Entonces? ¿Faltó alguien? ¿Sí o no?

Estuvo hasta instantes antes del estreno. Lo dejó todo listo. Su hermano Santiago Payá (en la imagen), director de Sucre, expresó por ello más tranquilidad (a él le va más la rasera o la cuchara que el micro).

O sea, que no faltó. No faltaste. Siempre estás, como Juan, tus sobrinos espectaculares, tu familia y más amigos de los que crees.

Mari, Mari Carmen, los aplausos generosos iban para ti.

Y por las tapas… ¿qué se dice?: ummmm…

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