El mes de noviembre fue despedido en Sucre con un sabor muy especial, perfectamente maridado con cavas de las históricas bodegas Parxet y un sorprendente menú, que fue estructurado de forma ideal, en palabras de profesionales del sector, y literalmente aplaudido. 

Sucre Restaurant-Café de Petrer y las bodegas Parxet desarrollaron conjuntamente un acto “social, cultural y gastronómico” al que respondieron un centenar de personas, con una cena maridaje en la que se presentaron “sorprendentes, exquisitos, ligeros y agradables” platos.

Adjetivos empleados en términos globales por los asistentes, que atentos escucharon las explicaciones de los enólogos de Parxet, para sacar el mejor rendimiento a cada uno de los cavas y bocados por ofrecer.

Así, la noche empezó con unas increíbles croquetas de confit de pato, acompañadas con un Brut Reserva. Posiblemente hasta la abuela de la familia estará exigiendo saber cómo Sucre ha logrado el inconfundible sabor casero, a la vez que sorprendente, de las pequeñas croquetas. El cava, de tono pálido y “al punto” justo de carbónico, ideal en la mezcla.

Continuó la exhibición con una exclusiva brocheta de aguja de pato con champiñón, trigueros y tomate cherry, también “al punto” justo de su paso por la plancha, hasta lograr un envidiable equilibrio de texturas entre la carne y la verdura. Fue acompañado por un Titiana Chardonay, con aroma, color y sabor suficiente como para provocar el debate, por su intensidad en aroma, su moderado nivel de burbujas y su proximidad “vinosa” en el gusto. “Vino con un poco más de estructura”, dijo en voz alta un reconocido profesional del diseño y arte gráfico de la zona, presente en el acto con profesionales de los más diversos sectores.

La perfección en las expresiones, no obstante, fue superada por lo que faltaba por llegar.

En el revuelto de foie y setas no hubo debate. Incluso bajó el volumen de los presentes, centrados en lo que estaban probando para, después, abrir el objetivo de su mirada y gesticular, oral y físicamente… Demasiado bueno. Perfecto, hasta para los que no son de huevo u hongos, y menos de foie o similares. Servirlo jugoso, con el huevo cremoso, las setas nada resbaladizas en el paladar, y el foie sin deshacer, “todo un arte para la cultura de la gastronomía”.

Estos halagos, expresados por parte de los asistentes, fueron también para el Parxet Brut Nature 2008, que fue elegido por los enólogos como el ideal para el revuelto. “Un cava ha de ser como éste, debe haber equilibrio y que no haya explosión (de las burbujas) en la boca”.

Faltaba por llegar, posiblemente, la estrella de la noche. María Cabané desfiló por las mesas vestidas de Sucre con la sensibilidad que le solicitó el solomillo de cerdo con foie y crujiente de cacahuetes. Un Gran Reserva Parxet, tan elogiado o más como los anteriores, para un solomillito que esperaba  acostado sobre una fina rebanada de pan y arropado suavemente por foie y que, mecido en la cocina de Sucre, resultó ser, sencillamente, insuperable.

Empresas de la alimentación destacadas a nivel internacional, como Salazones Serrano, indicaron que “van a ser platos de suma importancia y éxito en este otoño-invierno”. Esta importante firma, además del completo centro de abastos, Bonmercat, de Petrer, colaboraron con Sucre y Parxet en la cena maridaje, que concluyó con un tiramisú especial de la casa.

Santiago Payá, director de Sucre, manifestó que “es un placer encontrarnos aquí, en Sucre, con tantos amigos una vez más”. Añadió que “los nuevos platos de la carta han sido decididos tras meses de trabajo del gran equipo humano que tenemos”. 

La cocina de Sucre recibió las felicitaciones generales de todos los asistentes, quienes aplaudieron a los representantes de Parxet, interesándose por la forma de adquirir sus productos.

Parxet, alojada en la Denominación de Origen Alella, se halla en Tiana, tranquilo municipio de la Sierra de la Marina (a 15 kilómetros de Barcelona), con poco más de 7.500 habitantes y con solo 7,9 kilómetros cuadrados, la mayor parte de bosque y viña.

Parxet, que se fundó en 1917, significa en galo (cientos de años atrás, religiosos exiliados de Francia llegaron a Tiana) “pequeña porción”, que es así como elabora sus cavas la empresa, “en parcelas de viñedos muy pequeñitas y rellenando siempre nuestras botellas con vino base, Parxet nunca emplea mejunjes”, en palabras de sus profesionales. 

Todos y todas, incluida María Cabané, despidieron con gusto y optimismo el mes de noviembre en Sucre.

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